Iyengar
El yoga clásico que enseño en mi escuela se basa en la tradición de Patanjali, quien sintetizó las enseñanzas del yoga en ocho pasos fundamentales para facilitar la transformación y el autoconocimiento profundo. Muchas modalidades de yoga se limitan únicamente a la práctica de las ásanas y el pranayama, lo cual es una lástima, porque la verdadera profundidad del yoga va mucho más allá.
El objetivo del yoga no es solo estirar el cuerpo o prevenir enfermedades —que también son importantes— sino evitar el sufrimiento, entendido como la interpretación errónea que nuestra mente hace de la realidad. Para mí, y para la escuela de la que provengo, quedarse solo en las posturas sería desaprovechar todo el valor psicológico y filosófico que el yoga ofrece.
Si reducimos la práctica a lo superficial, perdemos la sabiduría acumulada y transmitida durante miles de años, olvidando sus raíces profundas. Por eso, en nuestras clases integramos todos los aspectos del yoga, para que la experiencia sea completa y auténtica, sin renunciar a ninguna de sus dimensiones.
El Yin Yoga es una práctica suave y meditativa que trabaja en las capas más profundas del cuerpo: los tejidos conectivos, como ligamentos, articulaciones y fascias. A través de posturas mantenidas durante varios minutos y sin esfuerzo muscular, se estimula la flexibilidad, se libera tensión acumulada y se cultiva una profunda atención interior.
Esta práctica es una invitación a la quietud, al silencio y a la escucha del cuerpo. Ideal para equilibrar estilos de vida activos o dinámicas de yoga más vigorosas, el Yin Yoga favorece el descanso del sistema nervioso y promueve un estado de calma y presencia.
El Yoga Integral es un enfoque holístico que busca la armonía entre cuerpo, mente y espíritu, integrando diferentes caminos tradicionales del yoga. Combina prácticas físicas (āsanas), respiratorias (prānāyāma), meditación, mantras y enseñanzas filosóficas para fomentar un desarrollo completo del ser.
Inspirado en las enseñanzas de Sri Aurobindo y Mirra Alfassa (La Madre), el Yoga Integral no se centra solo en la práctica física, sino que invita a vivir el yoga como un camino de transformación personal y evolución consciente en la vida diaria.
Es ideal para quienes buscan una práctica profunda, equilibrada y conectada con un propósito interior.
Un yoga con adaptaciones y apoyos para favorecer la comodidad de la asana y avanzar en la práctica. Un estilo perfecto para ahondar en la relajación, la respiración y la sanación profunda.
La meditación es un proceso de exploración interior que nos permite conocernos profundamente y transformar nuestra relación con la vida. A través de la atención consciente, aprendemos a observar nuestros pensamientos, emociones y hábitos mentales sin juzgarlos, creando un espacio de claridad y comprensión.
Este espacio nos ayuda a reconocer las causas del sufrimiento que muchas veces generamos sin darnos cuenta, y a cultivar una mente más libre, estable y compasiva. Meditar no es evadir la realidad, sino aprender a habitarla con mayor presencia, responsabilidad y apertura.
Con práctica, la meditación se convierte en una herramienta poderosa para crecer como personas: desarrollamos más paz interior, actuamos con mayor consciencia y construimos relaciones más auténticas y empáticas. Es un camino hacia una vida más plena, más libre y más humana.
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