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Yoga, manual para vivir en sociedad

Cuando abro la ventada al mundo a través de las nuevas tecnologías, me doy cuenta que vivimos en una sociedad enferma, donde es necesario encontrar una medicina para curar, para eliminar prejuicios y sentimientos negativos como el odio, la envidia y otros.

Entonces me siento afortunada por tener un poco de luz gracias al yoga y poder sanar esos sentimientos en mí. Y pienso: “Serías egoísta Silvia, si no compartes esto con otras personas”, así que aquí estoy, intentando plasmar con mis palabras la gran enseñanza que nos trae el Yoga de la mano de Patanjali, para ayudarnos a sanar y poder perfeccionar nuestros sentimientos hacia los demás. Una de las tantas enseñanzas que nos puede ofrecer esta disciplina milenaria.

Pero voy a ir poco a poco, intentando contarlo sin faltar el respeto a los grandes maestros por mi ignorancia humana y de manera fácil, como me hubiera gustado escucharlo la primera vez que fui a una clase de yoga, sin palabras incomprensibles cuando aterrizas por primera vez en la esterilla. 

Existen unas normas de conducta y ética, que, junto con el hábito de cultivar sentimientos de amistad, compasión, alegría por la dicha ajena e indiferencia hacia las personas felices, desgraciadas, virtuosas y viciosas respectivamente, pueden ayudarnos a vivir en sociedad cultivando sentimientos amorosos hacia los demás. Estas normas de conducta, ética y hábitos están dentro de una hoja de ruta que creó un señor llamado Patanjali en su obra maestra, el manual de vida de un yogui, “Los Yogas Sutras”. Dentro de ese libro hay una senda de ocho pasos, donde se encuentra esta medicina para curar una sociedad enferma, en dos de sus pasos y en el Sutra YS 1,33.



Se tratan de 10 principios básicos para vivir en armonía conmigo mismo y con el mundo:

1.   No violencia: pero no solo la física sino también la implícita, es decir esa que no se ve, como el reproche, la crítica no constructiva, el sarcasmo, la manipulación, el silencio culpabilizador, el cotilleo, etc…
2.   No mentir: comunicación consciente y verdadera.
3.   No robar: no robar energía, ideas ni cosas.
4.   Contener la energía y los apegos a las cosas, personas y circunstancias.
5.   No codiciar
6.   La limpieza interna y externa
7.   El contentamiento
8.   La disciplina
9.   El estudio y autoconocimiento
10. Dejar todo en manos de dios o el universo.

Estas 10 reglas junto con acciones moralmente buenas como:


  • Crear sentimientos de amistad, disfrutando de la felicidad ajena.
  • Concebir sentimientos de compasión, hacia quien sufre dolor o aflicción, que nada tiene que ver con la pena.
  •  Plantar sentimientos de alegría, ante personas que han triunfado porque de ellas podré obtener inspiración.
  • Practicar la indiferencia antes personas perversas y gestionar la convivencia si debemos vivir cerca, si no alejarme sin caer en el juicio. ¿Quién soy yo para juzgar a otros?

Este es el mapa que propone Patanjali dentro de su manual para mejorar nuestros sentimientos hacia los demás. Él te pone el camino, pero las técnicas o herramientas las tienes que descubrir tu cada día.



Puede que lo primero que descubras en el yoga sea las posturas del yoga (asana) pero no es solo esa herramienta la que compone el yoga, esa es solo una gota en el océano del yoga. Todo comienza antes de la esterilla y poco a poco se traslada a la vida, pero no como una tarea más del día a día…ducharse, ir a clase, trabajar, etc. Sino que todo lo que hago en mi vida es yoga, esto es lo que se llama” actitud de yoga” y eso es lo complicado, hacer el pino o una postura complicada es solo una herramienta más del yoga.

El sendero del yoga es un camino largo, por eso dicen los maestros que necesitamos muchas reencarnaciones para entender todo el trayecto. Un yogui no es un ser 100% feliz y centrado todo el día, si no alguien que cuando no está feliz y centrado se da cuenta y lo modifica.

La palabra yoga lo que nos está diciendo es que busquemos una herramienta de todas las que nos ofrece para que lo que ocurra internamente sea un reflejo de lo que ocurra externamente, y no al revés. El cambio está en uno mismo, y si queremos cambiar el mundo, la trasformación es propia para que proyectemos ese cambio fuera. Toda acción tiene una repercusión, pero no visto como un castigo si no como lo que doy es lo que recibo. Si proyecto abundancia, atraigo abundancia, si proyecto miedo, atraigo eso.

Esta es una fórmula para crear la medicina que puede cambiar el mundo, pero solo es una de ellas…

OM SHANTI

PAZ Y BIEN