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Año nuevo, vida nueva

Estas fechas después de los excesos navideños, siempre vienen acompañadas de nuevos propósitos, y dentro de estos el más importante, nuestra salud.

Hoy en día tenemos la posibilidad de ser partícipes de la salud y no dejarla en manos de los sanitarios una vez que la hemos perdido. Y ahí está la clave en la prevención, donde el yoga es una herramienta maravillosa que trabaja de manera integral al ser humano, repercutiendo en la salud física, mental y emocional. 

El yoga te invita a adoptar sentido común en el cuidado y prevención de la salud:



ALIMENTACIÓN
No procesados ni azúcares. Comida real y de cercanía. Comer más frutas y vegetales. Beber mucha agua, no comer demasiado, es decir no llenarse del todo en las comidas y utilizar la ley de Pareto en los excesos: 80% alimentación sana y un 20% pequeños antojos.

SUEÑO Y DESCANSO
Adecuado, equilibrio entre hacer y descansar, 7 horas de sueño, pequeña siesta después de comer.

EJERCICIO
Sin excesos a diario

PRÁCTICAS DE RESPIRACIÓN, RELAJACIÓN Y MEDITACIÓN
5 o 10 minutos al día pueden trasformar tu vida

OCIO
Tener un hobby o afición al que le dediques tiempo.

TENER UN PROYECTO DE VIDA
No se trata de volvernos ermitaños, irnos a una cueva a ayunar o ser vegetarianos. Si no de llevar una vida sana donde el sentido común y los buenos hábitos sean la norma en mi vida y que los excesos o peores hábitos sean la excepción y no al revés.

El yoga trabaja al servicio de la buena salud al buscar la paz entre el cuerpo, la mente y el alma, lo que favorece estar sano. Hay que ser valiente para asumir esta responsabilidad, lo fácil hoy en día es culpar al estado, a los sanitarios o la sociedad, sin molestarnos en hacer nada para mantener la salud y luego exigirles que lo solucionen rápido. 

¿Te atreves a tomar tu responsabilidad en esto de la salud?

Pues comenzamos el nuevo año 2021 y como todos los años la lista de nuevos propósitos ya está preparada, pero si además vas a clase de yoga seguro que en esa lista anterior también están incluidos algunos saludos al sol por la mañana antes de meditar, la limpieza nasal e intestinal, sin olvidarnos del agua templada con limón en ayunas después de limpiarnos la lengua. 

Entonces salimos de la primera clase de yoga del año muy motivados y en caliente decidimos que comenzamos mañana mismo. Pero poco a poco esa motivación va perdiendo fuerza, te vas dejando, te rindes en manos de la pereza, el frio o la lluvia, el cansancio, la enfermedad, cualquier excusa te vale para que a los pocos días vuelvas agredirte con ese dialogo interno “es que nunca consigues nada, no vales para nada, etc.”.

 Quizás no seas yogui pero te sientas identificado al comenzar año tras año con propósitos de dieta, ejercicio, dejar de fumar, etc. Que a la semana siguiente se pierden por el camino. 

Desde la filosofía del yoga los nuevos propósitos son vías neuronales, vistas como surcos grabados en nuestra mente que se han realizado tantas veces que salen solos. Pero para conseguir que estas vías, los nuevos propósitos, surjan en automático necesitamos perseverancia y disciplina, ya que la mente hará lo posible por boicotear mi nuevo plan o propósito. Está más cómoda en aquellos surcos conocidos, queriendo volver a lo que ya sabe hacer.

Algunos hablan de 21 días para adquirir un nuevo hábito, el yoga habla de disciplina y perseverancia, sea como sea cuando uno consigue pase lo que pase no acceder al chantaje mental y a pesar de todos los contratiempos hace lo que se ha propuesto, nace un nuevo hábito en ti que te hace más feliz, que te ayuda a confiar, crece tu autoestima y mejora tu humor. “Si he conseguido esto, podré conseguir cualquier cosa”.

Tener un plan serio al comienzo del año, puede ser el inicio de un nuevo proyecto de vida. Un mapa que te ayude a empoderarte en el compromiso con la salud y el autoconocimiento. Ese mapa puede ser el yoga, plantando la semilla en la esterilla y dejando que crezca en tu vida.

Mahatma Gandhi

OM SHANTI